Aquí os dejo mi comentario para la página de cine El antepenúltimo mohicano de la película Blancanieves (Snow White), dirigida en el año 1916 por James Searle Dawley. Toda una maravilla del cine comercial más primitivo, siempre moderna, entretenida y emocionante. Al principio nuestra heroína más parece Cenicienta, pero nos da igual. Marguerite Clark está fabulosa y, si bien la historia tarda en arrancar y en esos minutos iniciales hay un exceso de intertítulos, pronto la trama fluirá con pasmosa facilidad. Puedes leer el comentario
La primera secuencia está genial: Papá Noel irrumpe en una casa y deja unos muñecos sobre una mesa. Estos cobrarán vida resultando ser los protagonistas de la historia que veremos a continuación.
Aunque en muchos aspectos el guion es fiel al cuento de los Grimm, en otros lo ignora con admirable desparpajo. Así todo lo referente a la madrastra y su espejo, por poner un solo ejemplo de muchos, pero sin duda el que resulta más chocante.
El cazador toma en esta versión una importancia fundamental, tanto que su devenir casi devora en interés el de la propia protagonista. Uno de mis momentos preferidos es el encuentro de ambos en el bosque, cuando él tiene el encargo de asesinarla y le fallan las fuerzas.
Cómo no, hacen su aparición los siete enanitos, aquí cada uno con su nombre (no así en el cuento de los Grimm). Walt Disney, enamorado de esta película, iría más lejos en su versión incorporando a cada uno de ellos un rasgo de carácter definitorio.
La reina, madrastra de Blancanieves, tiene unos extraños aliados: una bruja trapisondera y un gato antropomorfo que no sé qué pinta allí. Eso sí, raro lo es un rato...
El ataque de la madrastra a la inocente Blancanieves en la cabaña de los enanitos también sigue con bastante fidelidad el original de los Grimm.
Y el desenlace está fantástico, con esa resurrección que a los que conozcan el cuento solo por la versión de Disney, en todo distinta a la de los Grimm, les sorprenderá sin remedio. Aquí también esta película de 1916 respeta a los hermanos alemanes.
Y como obsequio, podréis ver completa la película Frankenstein, la mítica producción de Edison de 1910 dirigida por James Searle Dawley y protagonizada por Charles Ogle, que se tuvo por perdida hasta que el coleccionista que la conservaba solo para sí fue convencido de que la sacara a la luz. Anda que no le costó trabajo ni nada al muy...